sábado, 19 de enero de 2008

Primer capítulo

Erase una vez una humilde trabajadora,”esposa” y madre a la vez, en la mejor edad de la vida (si es que hay una mejor edad en la vida, porque la mejor debe ser la que se tiene y los mejores años de la vida son los que nos quedan por vivir: era sólo una forma de empezar), cuarentona ella, madre de dos niños, que por una de esas bromas del Destino se encontró, inesperadamente, convertida en un proyecto de robot y habiendo perdido la cualidad de “esposa”, el Bromista se la habia cambiado por la de “viuda”. Como proyecto sólo podía realizar las funciones más simples. Por la mañana una mano invisible le daba cuerda con la gran manivela colocada en su espalda, y así empezaba la sucesión de actos repetitivos cotidianos para los que habia sido programada: levantarse (para este debió haber algún fallo en la programación, vista la dificultad para llevarlo a cabo), preparar a los niños, prepararse ella, llevar a los niños a la escuela, ir a trabajar, salir, comer, recoger a los niños, llevarlos a alguna actividad extraescolar, si tocaba, donde al cabo de una hora los volvía a recoger, volver a casa, ayudarlos con las tareas del cole, duchas, cenas, cuento y los niños a dormir.Terminadas las tareas, caía sentada a solas en el sofá, cansada incluso para acostarse, sola, la vista perdida prendida en la pantalla del televisor, sola.Así un día tras otro. De su etapa anterior a proyecto de robot había conservado su aspecto externo y, al parecer y contra todo pronóstico del Bromista, también un cachito de corazón. Por supuesto también conservaba a sus buenas amigas y amigos. Ellos debieron sospechar lo de su cachito de corazón porque no dejaban de alentar y sugerir maneras de recuperarlo.La sugerencia que más se repetía era la de: “tienes que ponerte zanohorias” “búscate zanahorias” “ponte zanahorias y ve tras ellas”.La proyecto de robot no tenía capacidad para inventar zanahorias que perseguir con ilusión, aunque se esforzaba.Pasado el tiempo resultó que, como además de madre también era hija, el precioso y luminoso ático donde vivía con sus hijos se fue quedando pequeño, puesto que también debía acoger en ocasiones, que se preveian cada vez más menos ocasionales, a sus padres.Así que de pronto apareció la GRAN ZANAHORIA: debía buscar un lugar con cabida para todos, donde cada uno pudiera tener su espacio. Quería una casa. Quería algo. Se sentía bien imaginando como la quería.Era una empresa ardúa, no resultó fácil, pero eso sería otra historia completita. Lo cierto es que la persiguió como el asno a la zanahoria, con la diferencia de que la proyecto de robot consiguió su gran zanahoria, una zahoria que dura y dura y dura sin nunca acabarse, una zanahoria rellena de zanahoria y ....el cachito corazón....el cachito corazón fue ganado terreno......y el proyecto de robot nunca llegó a robot.FIN DEL PRIMER CAPÍTULO (por lo menos)

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Son mensajes que no se pueden contestar con palabras.

Sólo con miradas, abrazos.

Aquí quedan los míos

Anónimo dijo...

Pepa,

Tal com diu la meiga és difícil respondre un relat així amb paraules. Gràcies per aquest regal. La meva resposta és, si vols, aquesta petita, senzilla i tendre pastanaga. Una pastanaga que no dura, dura, dura ... però qui saps? "La zanahoria" o com vulguis dir-li, per a tu, valenta pepajo. Una altra "zanahorita" per impulsar-te a parlar, a escriure, a deixar-nos el teu testimoni. Es teva i, si tu vols, també una mica nostra.

Anónimo dijo...

Todos somos un poco robots, o al menos, eso es lo que intentan algunos: haz siempre lo mismo, trabaja mucho, cobra poco, gasta más, proteje tu corazón con una buena coraza, no muestres tus sentimientos....todos són enemigos, competidores! Pues no, no y no!
Nos negamos a ser sólo robots; nos negamos a esconder nuestro corazón porque no todos són enemigos ni competidores, porque hay gente capaz de amar de sentir, de alargar ese abrazo y de mirar a los ojos con toda la ternura de que es capaz. Magda nos ha hecho un regalo con esto del blog, y tú; pero eso sólo es un medio, lo demás, lo que importa, está en nosotros desde hace muchos años y estamos dispuestos a pelear para que nadie nos lo quite. Ese es el reto y lo vamos a ganar!.
Antes, nos veíamos una o dos veces al año y me sentía contento, ahora.... me siento contento cada día, cuando abro esas páginas y os leo y sé que me leéis. Qué mas se puede desear?. Saber que eres alguien para alguien. Que no estás sólo en esa pelea cotidiana (por cierto, mi pelea estos días es muy agradable); Miren lo pasa peor con la casa y con Peru. Pero necesito de vez en cuando dejar de ser robot, escapar del engranaje, visitar, recibir, mirar, sentir lo que me da la gana. Ir todo el día con mi cámara colgando del cuello y expresar a través de mi objetivo todo aquello que entra en mi corazón. Me gustaría que ellos estuvieran aquí, conmigo; entonces, mi felicidad sería completa. Pero no me puedo quejar, no, soy afortunado por tener todo lo que tengo, mi familia, mis amigos y mi cámara para comunicarme.
Tú sabes que eres una valiente. No dejes de contarnos tus cosas. No estás sola, Pepa. Somos muchos, al menos unos cuantos los que necesitamos saber de nosotros, alargar ese abrazo y sentirnos queridos por nuestros amigos.
Joder...que serio me he puesto. Mierda!!!!! jajajajajaja. Te quiero princesa!

serpentina dijo...

Bingo!,lo has adivinado, i te ha tocado "una fantàstica excursión por las intrincadas rocas que conducen a mares abiertos,movidos i fondos", para quando quieras.Soy Marta i lo de serpentina fué casual...tengo en casa (por fin,i a petición insistente de amigos,conocidos i saludados que decia aquel) un flamante ordenador, por lo qual Magda me invitó a "comenetariar" en Su (vuestro) blog..i yo debdije olé...però cuando estava en ello, la máquina,empezó a pedirme contrasenyas i nombres...i encima a rechazarme todos los que le proponia porque ya estaban ocupados, me sentí fatal...era un dia de aquellos que una tiene los nervios de punta porque la tramuntana insistia en desbaratarlo todo de una forma violenta, pero de repente (zas)puse serpentina he hice callar a la máquina, lo qual me hizo sentir mucho mejor, ya que, como puedes suponer una pequeña victória contra esa cosa que se pasan la vida poniendome zancadillas, pués se agradece. Bien, una vez aclarado el tema, decirte que me alegra leerte i poder saludarte, a parte practico el castellano que no lo escribo nunca i seguro que alguna falta se debe colar. O sea que por mi, puedes seguir escribiendo sobre zanahorias u otras verduritas; sepas que m'encantará.Besos guapa, espero que estes bien i a ver si sorganizais una excursioncilla para verme

serpentina dijo...
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.